Imaginad por un momento que soy Bastian. Llevo algunos años ya en fantasía, he crecido y tengo mi circulo aquí. Fantasía requiere de un equilibrio que es indispensable que se mantenga y es duro de mantener. Todo está en su sitio y estamos los de siempre: la Torre de Marfil, Atreyu, el Comepiedras, la Vetusta Morla, la Emperatriz Infantil... Yo voy volando de aquí para allá, montado a lomos de Fuyur, mi gran amigo y consejero, siempre pendiente de que nada aceche la armonía de Fantasía y casi siempre pasando muy buenos ratos con mis compañeros de aventuras: planeando viajes, descubriendo rincones recónditos de ésta mágica tierra, volando simplemente por el placer de volar e incluso aprendiendo magia y jugando con cualquier cosa que tenemos a nuestro alcance. Tengo incluso la suerte de convivir con la Emperatriz, el elemento más importante de Fantasía, que me quiere y me cuida, por eso, defenderlo es tan importante. Pasamos veladas a la luz del fuego hablando y hablando, soñando con ir más allá, viviendo la naturaleza...
Hemos tenido grandes batallas. Al final, los sueños siempre ganan y la recompensa por cada victoria es simplemente saber que Fantasía es nuestro mundo y va a estar para siempre, que la histora no terminará jamás, que continuará escribiendose para siempre.
Fantasía no es un planeta, es un mundo que crece y crece, alimentandose de los sueños, es inmensamente grande y sus límites se convierten en halos vaporosos, donde los sueños se funden y crean el paisaje. Así nacen aquí los arboles, las montañas, los lagos, los caballos, las águilas, incluso las criaturas más extrañas y bonitas que alguien puede soñar. Hay unos guardianes que se encargan de transportar los sueños y llevarlos a ese lugar, en el que los depositan, y así Fantasía sigue creciendo. Su papel es fundamental para mantener el equlibrio, sin ellos, los sueños se perderían.
Uno de los guardianes ha desaparecido. Ha decidido dejar de soñar, o ha decidido dejar de creer en esos sueños que alimentan a este mundo, y se ha ido a otro. Al principio nada parecía pasar, hasta que descubrimos que los sueños se estaban perdiendo y Fantasía había dejado de crecer. Con el tiempo ésto nos llevó a descubrir que no sólo Fantasía no crece, sino que algo que no conocíamos, por que no pasaba desde hace tantísimos años que sólo los más milenarios pueden contar, está sucediendo. Algo frío oscuro y desconocido va ganando terreno desde los limites de Fantasía y amenaza con destruirla por completo. Algunos lo llaman "La Nada".
Nunca nos habiamos enfrentado a algo así y ahora nuestro universo se tambalea con la certeza de que puede desaparecer por completo. La incertidumbre... La maldita incertidumbre.
No se la forma, no se el camino, no tengo armas para combatir contra "La Nada", pero tengo la certeza de que nunca dejaremos de soñar y que si Fantasía se alimenta de sueños, es el mundo donde queremos vivir. Será duro, muy duro, pero volveremos a volar a lomos de Fuyur, volveremos a visitar la Torre de Marfil, a reír con el Comepiedras, a charlar con la Vetusta Morla, volveremos a cabalgar con Atreyu, y seguiremos soñando para siempre.
Al gran Michael Ende.
Y en un determinado rincón del universo de la memoria, juntos seguimos cabalgando sobre Fuyur.
ResponderEliminarAllí seguiremos siempre juntos cabalgando, hasta que los recuerdos dejen de acompañarnos en el viaje que emprendimos, solos y perdidos, por los laberintos de la vida.